Transición en Libia

Por Enzo Galimberti:

En estos días las noticias que inundan internet, la televisión, la radio y todos los medios de comunicación, son los problemas que se suscitan en Libia por el posible derrocamiento del líder de ese país Gadafí. Me gustaría explicarles quien es Gadafi y también explicaré como hemos llegado a estos hechos sucesivos que generaron este problema para unos y esperanza para otros.
Gadafi es un militar y político libio, líder de facto de su país desde el 1 de septiembre de 1969 (más de 40 años en el poder). Este mismo, no ocupa ningún cargo público, pero, se le atribuye el título honorífico de “Líder de la Revolución”. Como parte de su programa socialista de gobierno, Gadafi nacionalizó en la década de 1970 todas las empresas privadas, incluyendo terrenos extranjeros privados, el petróleo y los bancos, lo único que no nacionalizo, fueron los pequeños negocios familiares. Durante su aposento de varias décadas en el poder ha promovido lo que para el coronel Gadafi es la ideología y el estado socialista ideal para el Tercer Mundo.
Cabe destacar que por su imagen de militar rebelde y sus políticas izquierdistas anticolonialistas, antioccidentales y de distribución de la riqueza fue calificado frecuentemente como el “Che Guevara árabe”.
El régimen libio de Muammar Gadafi está a punto del colapso luego de meses de enfrentamientos originados cuando los rebeldes tomaron el control de partes de la capital, Trípoli, promoviendo manifestaciones como las que se hicieron recurrentes en Benghazi. La caída del gobierno de Gadafi es la última de las que se originaron en la denominada "Primavera arabe" o “Revolución democrática árabe” que estas mismas consisten en una serie de alzamientos populares en los países árabes, siendo las propias de carácter pacífico en su momento y pasando a un grado totalmente violento en el que han muerto muchas persona. Estas revoluciones originaron las caídas del mandatario tunecino Zin Al Abidin Ben Ali y del egipcio Hosni Mubarak.
Todo esto comenzó con una ola de protestas en Diciembre del año pasado contra los regímenes, por las acciones de un vendedor tunecino de vegetales. Mohamed Bouazizi, un estudiante recién graduado desempleado, se prendió fuego a sí mismo para protestar luego de que la policía confiscara el automovil que usaba para vender vegetales y rápidamente se convirtió en un símbolo de la furia del pueblo contra el desempleo y la pobreza. Bouazizi murió más tarde a causa de sus heridas.
Un "día de furia" el 17 de febrero vio a miles de residentes salir a las calles pese a la violenta represión de las fuerzas de seguridad que dejó diez muertos. Tres días después la ciudad cayó en manos de los rebeldes.
Las bajas de la milicia de Gadafi iba en alza y esto ocurrió, porque las protestas fueron esparcidas a lo largo de todas las ciudades del país gracias a los medios de comunicación, principalmente internet. Gadafi al ver esto, quiso generar miedo en la gente y tildó a sus oponentes de "ratas grasosas", también aseguró que “prefería quedarse y morir como un mártir en vez de dejar el país”. Pero en vez de provocar miedo, provoco furia, ya que en los enfrentamientos más de 300 personas fallecieron. Gadafi, al ver esto, amenazó con un conflicto de mayor escala.
Con las tropas de Gadafi “especialmente su fuerza aérea” impactando objetivos rebeldes y civiles, las Naciones Unidos autorizó a un grupo de aliados occidentales, bajo la tutela de Estados Unidos, Inglaterra y Francia a asignar una zona de "exclusión aérea" sobre el país. Los aliados lanzaron misiles contra las fuerzas de Gadafi, cortando el avance del ejército libio en Benghazi y dándole a los aviones occidentales la habilidad para volar libremente sobre el país.
La guerra en Libia tomó un giro decisivo luego de que las fuerzas revolucionarias avanzaron sobre Tripoli. Los rebeldes tomaron el control de una refinería de crudo en la ciudad de Zawiyah y se apoderaron del poblado de Sabratha, 60 kilómetros al oeste de la capital, un punto crucial en la autopista principal que conduce de Trípoli a Túnez, cortando de esta forma el abastecimiento de las fuerzas de Gadafi.
El 23 de Agosto, los rebeldes irrumpieron en el cuartel general de Gadafi, derribaron estatuas y destruyeron símbolos del régimen en lo que debería marcar el final de 42 años de régimen.
El Consejo Nacional de Transición ha cifrado en 5.000 millones de dólares (3.469 millones de euros) los fondos del régimen de Muamar Gadafi que deberían ser desbloqueados para garantizar el funcionamiento de Libia, una vez derrocado el mandatario.
A mi entender, este dinero debería usarse para reactivar la economía, reparar las infraestructuras, levantar hospitales y escuelas, como así también brindarles casas a la gente que se quedó sin ellas por culpa de los bombardeos.
Mientas tanto, en estas últimas horas los rebeldes libios ofrecieron una recompensa de 1,7 millones de dólares por la captura de Gadafi “vivo o muerto”.
El Consejo Nacional de Transición manifestó “Los miembros del círculo cercano (de Gadafi) que lo maten o lo capturen tendrán una amnistía garantizada por el pueblo.
Para todo esto, persiste el misterio sobre su paradero, pero el “el líder libio” en un discurso transmitido por un sitio web de la televisora dirigida por su hijo Saif al Islam, dijo que había salido de su residencia en una “retirada táctica” y exclamó: “victoria o muerte”.
Gadafi podría encontrar asilo en Burkina Faso, Nicaragua, Sudáfrica o Venezuela, ya que los gobiernos de estos respectivos países le ofrecieron a este mismo, protección para él y toda su familia.
Como punto final, enfatizo que ya 40 países reconocen a los rebeldes libios, entre ellos destacó en primer lugar a Francia, Italia y Gran Bretaña, que para mí son los que se benefician con esta transición. Entre los segundos a Rusia, China y Alemania que seguramente no se han sentido muy alegres al caer este régimen. En tercer lugar con una gran importancia, subrayo a los principales vecinos de Libia. Egipto, Túnez y Chad, quien este último mantenía una relación muy amistosa con el régimen de Gadafi.
Para mí, algunos de estos países han reconocido a la nueva Libia, porque se han sentido atraídos por los pozos y las reservas petrolíferas del inmenso desierto libio, también seguramente van a ser los que van a querer estar en primera fila para mantener una amistad fuerte y así, poder asegurarse futuros negocios con Trípoli.