Por: Enzo Galimberti.
Hace unos días atrás, Gran Bretaña formada por Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte, se separó de la Unión Europea que esta última es una comunidad política de derecho constituida en régimen sui géneris de organización internacional nacida para propiciar y acoger la integración y gobernanza en común de los Estados y los pueblos de Europa.
Hace unos días atrás, Gran Bretaña formada por Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte, se separó de la Unión Europea que esta última es una comunidad política de derecho constituida en régimen sui géneris de organización internacional nacida para propiciar y acoger la integración y gobernanza en común de los Estados y los pueblos de Europa.
La decisión tomada por los británicos afectará profundamente la economía del país, su onda expansiva se ensanchará a lo largo del planeta, y al mismo tiempo duplicará la inestabilidad política de un mundo convulsionado. En momentos en que la amenaza terrorista aumenta de la mano del ISIS y potencias extranjeras, como Rusia, Japón y Corea del Norte adoptan actitudes amenazantes, esta decisión puede poner en peligro la seguridad mundial.
Significará un duro golpe para Europa, en plena crisis social, política y económica. Una vez terminada la relación, la Unión Europea (UE) tendrá que desmembrar a la quinta economía del mundo de su propio mercado y perderá el aporte del quinto inversor mundial en gastos de defensa.
No solamente la UE será más débil, ya que no estará tan unida, será menos segura y por estos factores, se volverá más frágil. Si no también Occidente, que depende del equilibrio de fuerzas entre Estados Unidos y Europa.
La UE se cerrara en sí misma, será más proteccionista y tendrá menos peso en las políticas del exterior. Seguramente Alemania tomará el mando por su gran poderío económico y por ser uno de los países más estables dentro de la Unión.
Los británicos con esta medida buscan recuperar su soberanía y poder, pero en vez de esto, los británicos terminarán perdiendo influencia y peso, renunciando a la membresía de un poderoso club cuyas acciones habrían podido influenciar mucho mejor desde adentro que desde afuera. Muchos países se darán el lujo de darle la espalda a Inglaterra. Y no solo eso, Gran Bretaña (GB) puede separarse geopolíticamente, ya que Escocia está dispuesta a establecer relaciones directas con la UE para seguir siendo parte de ella y analiza la posibilidad de convocar a un referéndum por segunda vez por su independencia. Un procedimiento que requiere legislación y tiempo, pero que todos los escoceses luego de esta decisión apoyan a pleno (Recordemos que Escocia fue sometida violentamente por los soberanos ingleses). Si Escocia se separa de Gran Bretaña, habrá controles fronterizos entre ambos países, cuando Inglaterra es su principal socio comercial. Con respecto a Irlanda del Norte, se piensa ir de Gran Bretaña y se quiere unir con Irlanda del Sur y juntos quieren armar una Irlanda Unida, más allá de las ideas religiosas que los separaron en el pasado. Solo Gales se quedaría dentro de Gran Bretaña que sería constituida entonces por Inglaterra y Gales.
También este rompimiento entre GB y UE puede afectar a las Islas Malvinas, en lo económico con respecto a la pesca, ya que esta representa casi el 60% del PBI de las islas y depende del acceso a la UE, España e Italia son sus mayores clientes, sumando a esto, que Inglaterra podría quitar o reducir el apoyo económico en las Islas. También, se podría alterar el equilibrio político de las Malvinas porque Inglaterra podría quitar no solo el apoyo económico, sino también el militar de estas. Si sucede esto, los isleños temen una embestida de Argentina para recuperar las Islas que son una causa nacional de este país y es una herida que no les cierra a los argentinos.
A la vez, el hecho de no estar más bajo el amparo del Tratado de Lisboa implicará que países como España puje en contra de la ocupación inglesa de Gibraltar. Italia, la misma España o Francia, que tienen buenos lazos con la Argentina, podrían dejar de apoyar la postura de Gran Bretaña por Malvinas.
La Argentina avanzará ahora con los proyectos de exploración petrolera en las aguas de Malvinas por la ampliación de la plataforma submarina que aprobó la ONU recientemente. Así, empresas europeas que quieran invertir en este negocio ya no estarán atadas a los reclamos de Londres por las islas del Atlántico Sur.
En conclusión el apoyo de muchos europeos a la posición británica sobre Malvinas sería menos cierta, lo que podría animar a la Argentina a tener una posición diplomática más agresiva en virtud de que en muchos casos estos países avalan la postura de Londres solo en función del Tratado de Lisboa que rige para la UE y todos sus territorios de ultramar.
Ya sus sometidos como lo son Escocia e Irlanda del Norte le están dando la espalda a Inglaterra y más de un país lo va a dejar de lado. Recordemos que Inglaterra es una Isla y no tiene muchos recursos, por eso siempre usurpo territorio ajeno y explotó sus recursos, como así también explota a otros países luchando "contra el terrorismo". Sin ayuda militar y con la caída de tratados comerciales, el futuro de Inglaterra no es muy alentador.
