Por: Enzo Galimberti.
La respuesta del pueblo colombiano al acuerdo de paz entre el gobierno colombiano y la Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia ha sido “NO”. Por un estrecho margen, la sociedad rechazó el acuerdo entre el Gobierno de Santos y las FARC para acabar con un conflicto que se ha extendido más cincuenta años y que ha dejado miles de muertos y desaparecidos. Se mantuvieron cuatro años de dificultosas negociaciones entre ambos que han sufrido un freno importante precisamente en el momento más inesperado.
Todos los medios hablaban de que el “SI” iba a ganar y se iba a terminar con este grave problema, pero lo que no tuvieron en cuenta, es que la gente piensa.
Se me ocurren varias razones por las cuales el pueblo dijo “NO”, una de ellas es la impunidad que se le da a la guerrilla. Los guerrilleros no están sujetos a amnistía, indulto o beneficio procesal por delitos de lesa humanidad, es más, se creara un sistema que investigará las faltas graves con mecanismos extrajudiciales complementarios. Pero ni la oposición ni el pueblo colombiano, cree que esto pase. Creen que permite a las FARC escapar del peso de la justicia e integrarse fácilmente en la sociedad sin pagar por sus crímenes.
También, el tratado garantiza que los miembros de la FARC accedan a cargos políticos en el senado y en la cámara de diputados, por ende, ¿qué les impediría generarse amnistía o indulto a ellos mismos?. Los puntos se contradicen claramente. Su abandono de las armas propiciará que puedan ser elegidos por los colombianos como una opción política más, lo que es visto con recelo por algunos sectores sociales. Ya que al crear su propia fuerza política, pueden tener mucho poder sobre el pueblo colombiano. ¿Asesinos al mando?, no creo que a nadie le guste eso. Punto muy absurdo en el pacto.
Otro factor que ayudó al “NO”, es que las regiones que sufrieron la violencia han apoyado el acuerdo, pero las grandes ciudades no. Este ha sido un factor clave. El radio de acción de la guerrilla ha estado fundamentalmente en entornos rurales alejados de las grandes ciudades del país, a las que llegaban los ecos de sus acciones criminales. Lo sorprendente es que a la hora de votar, las regiones más afectadas por el conflicto, es decir las víctimas, apoyaron el fin de la violencia buscando una nueva época de paz, mientras que los grandes núcleos poblacionales eligieron el no mostrándose de este modo, más rigurosos con la guerrilla.
Un nuevo componente que ayudo a esta decisión son las palabras que dijo su presidente Santos antes de la votación, este mismo aseguro que “el presidente tiene la facultad de redactar la pregunta que le dé la gana”, ¿puede ser tan ignorante alguien al decir esto antes de la votación por su propio ego o lo dijo adrede para luego seguir luchando con la FARC y otros grupos para tapar más problemas internos? De hecho, existen otros grupos revolucionarios, uno de los más importantes es el Ejército de Liberación Nacional, con el que el Gobierno mantiene el conflicto y que podría ocupar el espacio que deja libre las FARC. La pregunta es ¿Si a la FARC se les da todos estos beneficios luego de profanar la paz de los colombianos durante décadas, qué impide que no tengan que hacer tratados con otros grupos de terroristas internos?
Otra cuestión, es que muchos saben que el presidente piensa postularse para las próximas elecciones presidenciales, y si este acuerdo se concretaba, iba a ser una gran victoria electoral para las próximas elecciones.
Y el factor final y para mi entender el más importante de todos, ha sido el de tener que elegir entre el futuro o el pasado. La opción de seguir adelante ofrece un escenario de paz a partir de ahora, pero los crímenes, el dolor y el sufrimiento de las últimas décadas también pesan mucho sobre el ánimo de los colombianos. Hay que tener en cuenta que la guerrilla lleva más de 50 años de actividad en los que han dejado más de 220.000 muertos y miles de desaparecidos.
Unos olvidan, otros no. Unos quieran la paz, otros no perdonar y seguir en la lucha. Las divisiones entre el pueblo colombiano se hicieron ver, están ahí, pero si quieren progresar van a tener que estar más unidos, porque un pueblo unido, jamás será vencido.
La respuesta del pueblo colombiano al acuerdo de paz entre el gobierno colombiano y la Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia ha sido “NO”. Por un estrecho margen, la sociedad rechazó el acuerdo entre el Gobierno de Santos y las FARC para acabar con un conflicto que se ha extendido más cincuenta años y que ha dejado miles de muertos y desaparecidos. Se mantuvieron cuatro años de dificultosas negociaciones entre ambos que han sufrido un freno importante precisamente en el momento más inesperado.
Todos los medios hablaban de que el “SI” iba a ganar y se iba a terminar con este grave problema, pero lo que no tuvieron en cuenta, es que la gente piensa.
Se me ocurren varias razones por las cuales el pueblo dijo “NO”, una de ellas es la impunidad que se le da a la guerrilla. Los guerrilleros no están sujetos a amnistía, indulto o beneficio procesal por delitos de lesa humanidad, es más, se creara un sistema que investigará las faltas graves con mecanismos extrajudiciales complementarios. Pero ni la oposición ni el pueblo colombiano, cree que esto pase. Creen que permite a las FARC escapar del peso de la justicia e integrarse fácilmente en la sociedad sin pagar por sus crímenes.
También, el tratado garantiza que los miembros de la FARC accedan a cargos políticos en el senado y en la cámara de diputados, por ende, ¿qué les impediría generarse amnistía o indulto a ellos mismos?. Los puntos se contradicen claramente. Su abandono de las armas propiciará que puedan ser elegidos por los colombianos como una opción política más, lo que es visto con recelo por algunos sectores sociales. Ya que al crear su propia fuerza política, pueden tener mucho poder sobre el pueblo colombiano. ¿Asesinos al mando?, no creo que a nadie le guste eso. Punto muy absurdo en el pacto.
Otro factor que ayudó al “NO”, es que las regiones que sufrieron la violencia han apoyado el acuerdo, pero las grandes ciudades no. Este ha sido un factor clave. El radio de acción de la guerrilla ha estado fundamentalmente en entornos rurales alejados de las grandes ciudades del país, a las que llegaban los ecos de sus acciones criminales. Lo sorprendente es que a la hora de votar, las regiones más afectadas por el conflicto, es decir las víctimas, apoyaron el fin de la violencia buscando una nueva época de paz, mientras que los grandes núcleos poblacionales eligieron el no mostrándose de este modo, más rigurosos con la guerrilla.
Un nuevo componente que ayudo a esta decisión son las palabras que dijo su presidente Santos antes de la votación, este mismo aseguro que “el presidente tiene la facultad de redactar la pregunta que le dé la gana”, ¿puede ser tan ignorante alguien al decir esto antes de la votación por su propio ego o lo dijo adrede para luego seguir luchando con la FARC y otros grupos para tapar más problemas internos? De hecho, existen otros grupos revolucionarios, uno de los más importantes es el Ejército de Liberación Nacional, con el que el Gobierno mantiene el conflicto y que podría ocupar el espacio que deja libre las FARC. La pregunta es ¿Si a la FARC se les da todos estos beneficios luego de profanar la paz de los colombianos durante décadas, qué impide que no tengan que hacer tratados con otros grupos de terroristas internos?
Otra cuestión, es que muchos saben que el presidente piensa postularse para las próximas elecciones presidenciales, y si este acuerdo se concretaba, iba a ser una gran victoria electoral para las próximas elecciones.
Y el factor final y para mi entender el más importante de todos, ha sido el de tener que elegir entre el futuro o el pasado. La opción de seguir adelante ofrece un escenario de paz a partir de ahora, pero los crímenes, el dolor y el sufrimiento de las últimas décadas también pesan mucho sobre el ánimo de los colombianos. Hay que tener en cuenta que la guerrilla lleva más de 50 años de actividad en los que han dejado más de 220.000 muertos y miles de desaparecidos.
Unos olvidan, otros no. Unos quieran la paz, otros no perdonar y seguir en la lucha. Las divisiones entre el pueblo colombiano se hicieron ver, están ahí, pero si quieren progresar van a tener que estar más unidos, porque un pueblo unido, jamás será vencido.
Coincido en todos los factores Enzo. Todas las miles de muertes y torturas que han causado no tienen que quedar impunes y encima les quieren dar poder político sin ganárselo en las urnas.
ResponderEliminarA parte de todo eso Enzo, mucha gente quedo "desplazada" (termino usado para definir a quienes fueron obligados por las FARC y los Paramilitares a dejar sus tierras, cultivos y bienes)...toda esa gente se vió sumida en la mierda teniendo que comer de la basura en las ciudades....y para ellos nada!
ResponderEliminarPero para el "arrepentido" gerrillero todo, indemnización, puestos de trabajo,....y vaya a saber cuanto mas....
Me parece perfecta su imparcialidad Galimberti usted no dio a entender que estaba ni de un lado ni del otro...
ResponderEliminarPor una parte, parecía que la vía del perdón negociado era una buena opción. Pero por otra, hay mucho dolor acumulado.
Así que opinar desde fuera no es recomendable. Posicionarse y decirles qué deben (o no deben) hacer con su país, menos aún. Lo felicito Galimberti.
Después de lo que ha pasado en Colombia,Hungría o con el mismísimo Brexit como usted explicó en Caminos diferentes ¿aun seguimos con el peñazo del referéndum? no aprendemos los pueblos ni los gobertantes.
ResponderEliminarCuando no se aprovecha una situación de este tipo, para acabar con las armas, lo único que se consigue es eternizar el conflicto....... Pueden estar así toda la vida......
ResponderEliminarLa Paz no es la misma para unos que para otros. Los que no fueron víctimas de las FARC pueden cerrar los ojos. Pero los que fueron víctimas de las FARC y sus familias tienen todo el derecho a exigir que los secuestradores, los torturadores, los violadores, los extorsionadores y los ladrones paguen por lo que hicieron. El acuerdo es en gran parte un "borrón y cuenta nueva", pero nadie paga ni compensa a las víctimas, que son en definitiva las que tienen que cargar con el peso del acuerdo.
ResponderEliminarMuy bueno como siempre Enzo, me encanto la imparcialidad ya que al no ser de Colombia no opinas porque no pasaste ni pasas por lo que están viviendo ellos.. +1 sin dudas como siempre..
ResponderEliminarUna lección de dignidad: rechazo a la impunidad y al chantaje. Y, ojo, no es de recibo acudir a la baja participación para desligitimar el No ya que en Colombia es habitual una abstención mayoritaria; se puede comprobar observando la participación en la elecciones generales desde hace años.
ResponderEliminarEl pueblo de Colombia no le cree a Santos, ni cree en las FARC del narcotrafico ni mucho menos cree en el acuerdo de La Habana de los Castro. Abrazo pueblo colombiano, el NO con mayusculas, de ejemplo tienen a este pais, los asesinos llegaron al poder par saquear..............
ResponderEliminarEn primer lugar el pueblo colombiano no convalidó con su voto el blanqueo de los terratenientes más grandes que tiene Colombia. Además del explotador mayor de campesinos que haya conocido latinoamérica. Los millones de hectáreas que controla las Farc y los 16000 cocacoleros que tienen trabajando para ellos hacen de este movimiento guerrillero uno de los monopolios capitalistas más importantes del mundo.
ResponderEliminarEra de esperar, suficiente tuvieron con las negociaciones con narcoterroristas, que siempre les tomaban el pelo a los gobiernos colombianos. El precio a pagar por detener una guerra en ocasiones es vivir una mentira, nadie quiere tener a asesinos dando lecciones de moral...
ResponderEliminarTodos los puntos que pensaste Enzo me parecen una realidad y creo que el pueblo Colombiano expreso lo que sentia aunque muy ajustadamente.. Esto no se puede hacer de esta forma tiene que haber otra solución pero ya viendo la cantidad de años que esta este conflicto, lo veo muy complicado...
ResponderEliminarNo al bandidaje, si a paz eso fue lo que sucedió el pasado fin de semana ...
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