A 60 años de una división histórica

Por: Enzo Galimberti

Hace 60 años, empezaba la construcción del famoso muro de Berlín y con él, empezaba la mayor toma de rehenes de la historia.

Luego de terminar la segunda Guerra Mundial y caer el régimen nazi, Alemania fue tomada como premio por cuatro países. Entre ellos se encargaron de dividir el ex territorio predominante nazi. La Unión Soviética que tenía una ideología Comunista se quedó con la parte oriental de Alemania. En cambio el otro bloque ideológico (Capitalista), el cual fue integrado por las potencias vencedoras de Estados Unidos a la cabeza, Gran Bretaña y Francia, se adueñaron de la parte occidental del territorio que sufrió la batalla final.

En el año 1949, el sector occidental perteneciente a estadounidenses, británicos y franceses pasó a llamarse República Federal Alemana (RFA) mientras que el sector oriental perteneciente a los soviéticos, se convirtió en la República Democrática Alemana (RDA). Por esto mismo, la ciudad de Berlín quedó dividida en 81 puntos de paso entre las dos zonas que contenía la ciudad.

La RDA, comenzó a darse cuenta que tenía una pérdida de población importante y por eso mismo el 12 de Agosto de 1961, decidió levantar el famoso muro de la vergüenza y cerrar 69 puntos de control. Por ende, dejó abierto tan solo 12 para la gran cantidad de población que había en su momento. En pocas palabras, el lado oriental para los alemanes no era nada bueno, sufría crisis económicas, el territorio se encontraba fuertemente militarizado y sobrellevaban las consecuencias de una Unión Soviética que se encontraba en decadencia con respecto a sus vecinos los occidentales. Ante esto y también por lazos familiares y de amistad, muchos alemanes decidieron emigrar hacia el bloque capitalista y por esto mismo, se construyó el muro, para evitar la migración masiva desde la Alemania del Este hacia la del Oeste. Otra causa de la construcción del mismo, fue que el bloque oriental, quería evitar la influencia de occidente que cada vez se notaba más en su población. Este muro, constaba de una altura de casi 4 metros y con una extensión de 45 kilómetros que dividían la ciudad de Berlín, extendiéndose fuera de ella otros 115 kilómetros con la misma altura. Este muro cortó el trazado de 12 líneas de transporte y terminó con la extensión de 193 calles.

Debido a esta gran división territorial, ideológica, económica y política plasmada en un muro gigante. Entre los años 1961 y 1988 más de 100.000 ciudadanos de la República Democrática Alemana, intentaron huir por medio del gigantesco muro. Se estima que más de 600 personas fueron abatidas por los soldados fronterizos de la parte Oriental, mientras que otros murieron de otras formas al intentar escapar.

Luego de 28 años de sufrimiento para los alemanes y de asombro para la humanidad, el muro fue destruido. La caída fue motivada por la apertura de las fronteras entre Austria y Hungría en Mayo de 1989, ya que por medio de esta, cada vez más alemanes se escapaban a Hungría para pedir asilo en las embajadas de la República Federal Alemana.

Un 9 de Noviembre de 1989, la población decidió poner fin a esta locura y con diferentes herramientas, comenzaron a golpear este gran muro hasta derribarlo. Luego de casi tres décadas, se sintieron libres. Pudieron volver a abrazar a sus familiares y amigos.

Este gran acontecimiento simbolizó el fin de la Guerra Fría y la reunificación de un país dividido durante años.