Afganistán: Miedo, terror y soluciones.

Por: Enzo Galimberti.

Los medios masivos de telecomunicación, muestran imágenes y videos que nos erizan los pelos de la piel del miedo. Vemos aberraciones a los derechos humanos, una crueldad que se puede comparar a la del medioevo. Todo esto sucede en Afganistán, pero repasemos un poco sobre este país para entender el actual conflicto. Esta nación es montañosa, sin salida al mar, se encuentra situada en Asia. Para ser más exacto sobre Medio Oriente. Limita con Pakistán al sur y al este, con Irán al oeste, con Turkmenistán, Uzbekistán y Tayikistán al norte, y con China al noreste a través del corredor de Waján.​

Esta zona, siempre fue conflictiva ya que este país está ubicado en una zona estratégica para la región y es un lugar donde hay gran cantidad de petróleo y gas natural. Por ella siempre han peleado la actual Rusia y China. Hasta Estados Unidos estuvo en los conflictos cuando armó milicias, las financió y entrenó para luchar contra la URSS. Estas mismas tropas pero mas evolucionadas, fue contra las que tuvieron que luchar tanto Republicanos como Demócratas junto con la ONU durante lo que va del siglo XXI.

Afganistán siempre ha sido un estado fallido por los conflictos con la Unión Soviética. Este gigante asiático, trató de establecer un gobierno socialista que respondiera a las doctrinas impuestas por el gobierno de Moscú. Con este propósito, la URSS, invadió militarmente para imponer sus pensamientos, ideologías e ideales. Esto no funcionó y Afganistán quedó de pie pero tambaleando. La inestabilidad política fue aprovechada por “los señores de la guerra”, estos son personas con poder económico, armamento, control militar y poder político. Estos problemas internos, hicieron que los señores con gran poder, salieran más enriquecidos por los enfrentamientos entre las diferentes tribus y etnias religiosas. Por esta misma guerra civil, surgió el movimiento talibán. Este grupo se formó en el año 1994, muchos de sus integrantes habían luchado contra las tropas soviéticas y como dije anteriormente, apoyadas de encubierto por la CIA. En la Guerra vale todo dicen, y la Guerra Fría no fue una excepción.

El objetivo de los talibanes, es reinstalar su visión de la ley islámica en una zona que perdieron durante veinte años. Quieren restaurar su predominio y recuperar el poder. Este grupo fundamentalista y misógino, siempre ha tratado a la mujer como un ser inferior. Las confina en sus casas, no les permite la educación, tampoco trabajar (a excepción de médicas o enfermeras) y si salen de sus casas tienen que ser acompañadas por un familiar o su esposo. También tienen que usar velos que le tapan desde la cabeza hasta los pies. Se las utiliza para criar a los niños y lo peor, como objetos sexuales. El incumpliendo de cualquiera de estas leyes islámicas por parte de una mujer, han traído en la antigüedad lapidaciones, mutilaciones y azotes en las plazas públicas.

Durante los veinte años de ausencia talibán, la sociedad afgana ha cambiado, ahora cree en el pluralismo y por ende no cree en el monopolio del poder. Las mujeres ahora ocupan puestos públicos. Estas, tienen acceso al internet, computadoras, celulares y por ende a las redes sociales y todo lo que les permite expresarse. ¿Serán capaces los talibanes de gobernar una población que piensa diferente? ¿Podrán mediante el monopolio del poder silenciar a los pobladores? ¿Lograrán borrar los nuevos pensamientos y arrebatar las nuevas costumbres por medio de la fuerza?

No queda bien en claro qué harán los talibanes, por el momento prometieron una amnistía general para los funcionarios públicos. De a poco comenzaron a abrir diferentes comercios y el tráfico volvió a ser parte del lugar.

Cabe destacar, que los talibanes no tienen el control total de todas las regiones de Afganistán. Sabiendo esto, nos encontramos ante dos posibles soluciones para que el gobierno afgano vuelva al poder. La primera de ellas sería pedirle ayuda a los “señores de la guerra” que nombre anteriormente, ya que por medio de las movilizaciones de estas milicias populares, podrían volver al poder si estas mismas derrotan a los afganos. Aunque el costo sería muy grande, porque nada es gratis en este mundo y no se sabe qué pedirán a cambio estos “señores”. Y la segunda, sería la ya conocida “intervención extranjera”, aunque luego de la derrota de Estados Unidos y de las grandes pérdidas económicas de este país y de la ONU, ninguna organización ni país, parecen interesados por el momento en restaurar el orden en esta nación asiática.