Favoritismo religioso y violencia

Por Galimberti Enzo.

En Irak no para de cesar la violencia suscitada desde que las tropas estadounidenses intervinieron el país con el supuesto propósito de restaurar la Democracia en ese mismo Estado.
En un mismo día con un total de cuatro personas muertas y más de 30 heridos se produjo una cadena de cinco atentados contra iglesias cristianas de Bagdad en lo que parece una serie coordinada de ataques muy bien planificada por sus agresores.
El ataque más grave contra cristianos de Irak, el único con víctimas mortales, fue el perpetrado con coche bomba cerca de una iglesia situada en las inmediaciones de la calle Palestina de Bagdad, en el este de la capital. En este mismo incidente murieron cuatro personas y más de veinte resultaron heridas.
Luego de este ataque una bomba colocada ante una iglesia del distrito bagdadí de Dora exploto e hirió a tres personas y causó daños materiales graves en el edificio.
En atentados perpetrados el mismo día que los que anteceden a este, bombas colocadas en cajas de cartón cerca de iglesias de los distritos de Ghadir (centro) y Karrada (este) también tuvieron como consecuencia siete personas de índole religiosa heridas graves.
Se estima que hay unos 750.000 cristianos en Irak, una pequeña minoría en un país mayoritariamente musulmán de 28 millones de personas. Los cristianos han sido objeto de ataques sectarios desde la invasión del país por tropas estadounidenses y aliadas, en 2003, especialmente en Bagdad y en la ciudad de Mosul, en el norte, lo que ha propiciado que muchos cristianos hayan huido al extranjero al verse tan en peligro sus vidas.
Con esto ya no nos enfrentamos a una guerra de nacionales si no a una guerra religiosa como se saben suscitar desde la antigüedad.
Yo pienso que cada persona puede ser libre de sus creencias y no por eso tiene que ser condenada a muerte o ha reiterados ataques durante toda su vida. Lamentablemente la religión en vez de ser una búsqueda de espiritualidad y una forma de creencia para sobrellevar todo mal o la vida misma, se està transformando en un fanatismo total sin consecuencias morales.