Por: Enzo Galimberti.
En Mayo de este año en el artículo Crisis española, anticipé que se avecinaban dificultades a corto plazo para España. El clima en este país últimamente no ha sido el mejor por la insistencia de Cataluña de separarse de España. Si luego de tantos vaivenes el gobierno español fracasa en sus intentos por evitar la secesión, muchas cosas podrían cambiar en la vida social, política y económica de los catalanes.
Uno de los problemas más graves, sería con la Unión Europea, ya que en el corto plazo no podrían ser parte de ella por no haber firmado tratados de adhesión y luego de esto, tendrían que ser aceptados por el resto de los miembros. Si Cataluña siguiera todos los pasos necesarios para adherirse en el futuro, sus probabilidades de éxito son mínimas, ya que cualquier miembro pleno tiene la capacidad de bloquear las negociaciones, y no creo que España acepte la incorporación de Cataluña a la Unión Europea.
La ruptura con Europa tendría dramáticas consecuencias económicas para los catalanes, ya que quedaría por fuera del mercado común. Sus bienes de exportación pasarían a pagar tasas aduaneras muy altas, lo que implicaría una catastrófica caída en sus exportaciones.
Cataluña al ser un nuevo país, ya no tendría acceso a organismos internacionales como la ONU, la Organización Mundial del Comercio, el FMI y la OTAN. A juzgar por otros casos de territorios que se independizaron a la fuerza, como Kosovo (declaró unilateralmente su independencia de Serbia el 17 de febrero de 2008), es muy poco probable que sea admitida en el corto o mediano plazo en esas entidades.
Frente a estas problemáticas de primer orden político y económico, hay que sumarle el ámbito deportivo, ya que muchos fanáticos quieren seguir viendo al Barcelona y al Espanyol compitiendo en uno de los torneos más importantes del mundo como lo es la liga española. Y al ser un nuevo país, no podría competir en ella como así tampoco en las competencias internacionales, por ende causaría un prejuicio económico no solo para los clubes si no para las grandes empresas y marcas que apoyan a estos dos clubes.
No es fácil encontrar otro país en el que haya una rivalidad tan arraigada entre dos regiones, las dos más importantes del país. El enfrentamiento entre Madrid y Cataluña tiene raíces tan profundas que cuesta creer que durante tanto tiempo hayan podido ser los pilares de España. Ahora solo queda esperar y ver qué pasa con esta novela que tiene su inicio desde hace años.
En Mayo de este año en el artículo Crisis española, anticipé que se avecinaban dificultades a corto plazo para España. El clima en este país últimamente no ha sido el mejor por la insistencia de Cataluña de separarse de España. Si luego de tantos vaivenes el gobierno español fracasa en sus intentos por evitar la secesión, muchas cosas podrían cambiar en la vida social, política y económica de los catalanes.
Uno de los problemas más graves, sería con la Unión Europea, ya que en el corto plazo no podrían ser parte de ella por no haber firmado tratados de adhesión y luego de esto, tendrían que ser aceptados por el resto de los miembros. Si Cataluña siguiera todos los pasos necesarios para adherirse en el futuro, sus probabilidades de éxito son mínimas, ya que cualquier miembro pleno tiene la capacidad de bloquear las negociaciones, y no creo que España acepte la incorporación de Cataluña a la Unión Europea.
La ruptura con Europa tendría dramáticas consecuencias económicas para los catalanes, ya que quedaría por fuera del mercado común. Sus bienes de exportación pasarían a pagar tasas aduaneras muy altas, lo que implicaría una catastrófica caída en sus exportaciones.
Cataluña al ser un nuevo país, ya no tendría acceso a organismos internacionales como la ONU, la Organización Mundial del Comercio, el FMI y la OTAN. A juzgar por otros casos de territorios que se independizaron a la fuerza, como Kosovo (declaró unilateralmente su independencia de Serbia el 17 de febrero de 2008), es muy poco probable que sea admitida en el corto o mediano plazo en esas entidades.
Frente a estas problemáticas de primer orden político y económico, hay que sumarle el ámbito deportivo, ya que muchos fanáticos quieren seguir viendo al Barcelona y al Espanyol compitiendo en uno de los torneos más importantes del mundo como lo es la liga española. Y al ser un nuevo país, no podría competir en ella como así tampoco en las competencias internacionales, por ende causaría un prejuicio económico no solo para los clubes si no para las grandes empresas y marcas que apoyan a estos dos clubes.
No es fácil encontrar otro país en el que haya una rivalidad tan arraigada entre dos regiones, las dos más importantes del país. El enfrentamiento entre Madrid y Cataluña tiene raíces tan profundas que cuesta creer que durante tanto tiempo hayan podido ser los pilares de España. Ahora solo queda esperar y ver qué pasa con esta novela que tiene su inicio desde hace años.
