Hace 19 años, Estados Unidos sufría los atentados más impactantes de su historia ellos, fueron los ataques contra el World Trade Center de Nueva York y el Pentágono. Estos, sacudieron al mundo y, si bien las consecuencias más notorias se vieron en las intervenciones estadounidenses en Medio Oriente, también marcaron un antes y un después para las relaciones entre Washington y todos los países latinoamericanos.
Los meses siguientes a los atentados, encontraron al gobierno de Washington enfocado en el combate “al terrorismo” en Medio Oriente. El nuevo objetivo de EEUU fue determinante para que América Latina aprovechara una nueva época con menos presión desde el país del norte. En conclusión, hubo un cambio de prioridades en la política exterior de USA. Nuestra región, quedó “abandonada” por el Águila, lo que muchos pueden criticar, otros celebrar.
Hasta el año 2001, USA mantenía una estrategia de impulsar sus ideales de “derechos humanos”, “democracia” y “libre comercio” en América Latina. Hasta Septiembre de ese año, el único país que le “generaba problemas" a EEUU en territorio latino, era Cuba. Sin embargo, los años que vinieron, se caracterizaron por la creciente influencia Hugo Chávez y el "socialismo del siglo XXI" que propició la creación de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA), una alternativa comercial que excluía a EEUU y se planteaba en contraposición al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Comenzarían a emerger con, países como Argentina, Brasil, Ecuador, Nicaragua y Bolivia con una mirada diferente a la del Gran País del Norte. El Águila, justo como el villano de la serie "El Zorro", en estos últimos años, volvió a inmiscuirse en los países de la región de manera minuciosa y hasta ahora no le ha ido muy bien, sobre todo, por los estallidos sociales latinoamericanos contra las ideas neoliberales que promulga Estados Unidos y por sobre todo, por todavía permanecer en el poder Nicolás Maduro sin poder ser derrocado o destituido.
El clima político y social en EEUU después de los atentados, favoreció la exacerbación del odio y la antipatía hacia los latinos. Trump supo aprovechar el discurso anti inmigrante que explotó luego de 2001 para conseguir rédito político y llegar a la Casa Blanca quince años después. En agosto de 2015 este misma persona, presentó un plan de inmigración en el que prometió deportar a 11 millones de inmigrantes sin papeles si llega a la Casa Blanca. Al anunciar su candidatura, dijo que México enviaba a su país a “violadores” y “criminales”. Además, consideró que la solución a esta problemática era la construcción de un muro entre la frontera de la primera potencia mundial y México. Trump, siempre tuvo una idea de ultranacionalismo y eso llevó a que muchos países se alejaran de él o le agarraran antipatía al Imperio del Norte. Como podemos ver el actual presidente de USA, tiene una idea muy proteccionista y bastante extrema. Pero en cierta forma, representa el espíritu nacionalista y ególatra del típico ciudadano estadounidense. Por todo esto no sería raro que Trump, resultara reelegido en las próximas elecciones estadounidenses.