A 2 Décadas de un gran cambio.

Por: Enzo Galimberti.

Hace veinte años, prendimos la televisión y quedamos asombrados al ver como lugares icónicos de Estados Unidos eran derribados por aviones. En mi caso particular, esto me hizo acordar a los ataques suicidas que fueron ejecutados por los pilotos de la Armada Imperial Japonesa contra embarcaciones de la flota de los Aliados durante la Segunda Guerra Mundial. La primera embestida a una de las torres gemelas se pensó que era un ataque, al ocurrir minutos después otro choque de avión contra la segunda torre, se supo que esto sobrepasaba lo casual y se estaba bajo un ataque. El tercero de los aviones se estrelló contra el Pentágono en una clara señal de que esa mañana iba a ser fatal para los estadounidenses. Cabe destacar que un cuarto avión, se estrelló en un campo ya que la tripulación pudo atacar a los suicidas y desviar el objetivo de estos. Luego de estos sucesos, Afganistán fue el primer país que sufrió la furia estadounidense post trauma, ya que para el gobierno del gigante norteamericano, este lugar era la cuna de los terroristas. Luego en el año 2003, el país elegido para un nuevo acto bélico fue Irak, el cual era totalmente ajeno a Al Qaeda a quien se le acusaba de ser los atacantes de las torres gemelas.

El 11 de septiembre, fue el puntapié inicial para que empezaran una sucesión de actos bélicos por parte de Estados Unidos hacia países de Oriente Medio. Estas guerras, por más que hayan producido ganancias en cuanto a explotación de los recursos naturales de los países invadidos, significó el advenimiento hacia la actualidad de una crisis importante para USA.

Guerras, muertes por doquier, billones de dólares en gastos militares dejó a el águila calva en un estado paupérrimo en cuanto a lo económico como también moral. Aprovechando estas dos décadas en las que Estados Unidos quería abarcar todos los frentes, países como India, China y Rusia fueron creciendo a ritmo acelerado, creando de esta forma un mundo multipolar.

La derrota en Afganistán, el retiro de tropas en Irak luego de 18 años de ocupación para Diciembre de este año y la reducción de militares en Siria, nos abre muchos interrogantes con respecto a la presencia militar estadounidense en diferentes partes del mundo. El abandono de esta zona, significa que de ahora en más, las potencias regionales en Asia y Oriente Medio van a ser China, Rusia, India, Irán y Pakistán. Potencias, con las cuales Estados Unidos nunca se llevó bien ni tampoco fueron de su agrado. Este fracaso en el corazón de Asia, anula por completo la capacidad de USA de influir en una región clave del mundo. Ya no va a poder tener contra las cuerdas a los rivales en las cercanías de sus fronteras.

El demócrata Joseph Biden, continúa la política de su antecesor el republicano Donald Trump, porque sabe de las debilidades estructurales que está sufriendo Estados Unidos. Las guerras a nivel externo esparcidas por diferentes partes del mundo con diferentes pretextos, conllevaron a que se descuide lo interno y que los cimientos de este imperio se encuentren deteriorados por el abandono en estas dos últimas décadas. Las graves crisis sociales y económicas generadas por el Coronavirus, las desigualdades sociales y de género, el racismo naturalizado que vive USA y que expuso su plenitud durante la presidencia de Trump sumando guerrillas, provocaron el crujir de los cimientos de este enorme imperio. El declive viene desde hace tiempo y para poder expandirse nuevamente y obtener poder en asuntos externos, primero necesita arreglar sus cuestiones internas.

Pero, yo me pregunto ¿Estados Unidos se está resguardando en un capullo acorazado? yo creo que si, cuando salga del capullo volverá con más vehemencia y fuerzas para aferrarse al trono y si para ese entonces lo perdió, va a volver para recuperarlo con una sed de venganza que asustará.