Rebeldía criolla

Por: Enzo Galimberti.

Hace ya Doscientos trece años, se producía un hecho que cambiaría el rumbo de América del Sur y produciría un efecto dominó entre los demás pobladores del continente. Generando a partir de este, revoluciones e independencias a lo largo y ancho de Sudamérica para dejar de ser colonias manejadas por gobiernos europeos.

Entre 1806 y 1807 en el territorio de la actual Argentina, tuvieron lugar las Invasiones Inglesas, en estas mismas Liniers lideró a las tropas que expulsaron a las fuerzas inglesas. La primera fue al mando de tropas de la Banda Oriental y la segunda fue dirigiendo tropas del Regimiento Fijo de Buenos Aires y batallones milicianos formados por criollos.

Se precipitó por medio de la voluntad popular, la destitución de Sobremonte, para luego votar como Virrey a Liniers. Ante esto, la nueva élite de poder en la ciudad de Buenos Aires, fueron los líderes de las milicias. Estos se convirtieron en miembros del Cabildo el cual, hasta ese momento, estaba formado solamente por españoles. Como vemos, la presión popular, generó la cesantía de un virrey, este era un hecho nunca antes visto en la historia de América. Esto, sumado a la derrota de los ejércitos británicos, generó una gran reputación para Buenos Aires y se ganó con esto, el mote de “Hermano Mayor” en toda la región. Mucho tuvo que ver en esto, la invasión del francés Napoleón sobre España. Por lo tanto la corona se encontraba en un momento difícil y les interesaba más proteger su propio territorio, que lo que pasara cruzando el Océano Atlántico.

En 1810 el rey Fernando VII había caído prisionero. Esto alertó a los revolucionarios para intentar la independencia. España se encontraba sin su Junta de Sevilla representativa del rey cautivo. Esto generó una gran confusión política. Por lo tanto hubo un recorte de poder de los peninsulares. El virrey se encontraba sin propuestas objetivas. Los ejércitos españoles se encontraban ya muy reducidos junto con esto, las milicias criollas retiraron el apoyo al virrey.
Un grupo de intelectuales y funcionarios criollos ven ante todo esto la posibilidad de conseguir cargos gubernamentales.

El derecho español de aquella época, argumentaba que cuando el trono se encontraba vacante, la soberanía volvía a la institución de gobierno que representaba la voluntad del pueblo que era el cabildo. Este mismo era formado por los vecinos que debían elegir por medio de la votación a las nuevas autoridades. El comandante y jefe de las milicias criollas en ese entonces era Cornelio Saavedra que junto con Manuel Belgrano que era el defensor público del ordenamiento económico fueron los elegidos para solicitar a las autoridades virreinales la apertura del cabildo. Por ende, el 22 de mayo de 1810 surgió el cabildo abierto.
El pueblo de Buenos Aires inició la Revolución de Mayo, que derrocó y expulsó al Virrey Cisneros, eligiendo en su lugar una junta de gobierno la cual, fue el primer gobierno patrio. La organización de una Nación libre e independiente estaba aún muy lejana, pero la formación de la Primera Junta el 25 de mayo de 1810 era el inicio del camino hacia la independencia. Esto dio origen a la Guerra de la Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata contra la España colonial (1810-1824).

El 9 de julio de 1816, en la ciudad de San Miguel de Tucumán, un congreso de diputados de las provincias del noroeste y centro-oeste del país y de la de Buenos Aires, junto con algunos diputados exiliados del Alto Perú, proclamó la independencia de las Provincias Unidas en Sudamérica. Este suceso provocó un antes y un después en la historia del territorio Sudamericano.

Los focos de resistencia contrarrevolucionaria, intentaban restaurar la autoridad de la Monarquía de España en la región. Pero, fueron derrotados por José de San Martín, Manuel Belgrano y Martín Miguel Güemes. Tanto Simón Bolivar como el recién nombrado San Martín, fueron los responsables de las hazañas libertadoras que dieron fin a la presencia de la Monarquía de España en el continente de América del Sur.

La Primera Junta fue parte de un fenómeno continental que abrazando las ideas liberales y republicanas originarias de Francia y Estados Unidos, introdujo un conjunto de cambios decisivos que culminarían con la independencia de Hispanoamérica. En pocas palabras, se adelantó casi 150 años a la independencia de la mayoría de los países de Asia y África.

Esa rica lucha por la soberanía tuvo tanta potencia que, aún hoy, América es el único continente sin realezas ni monarquías, de las que todavía subsisten.