Por: Enzo Galimberti.
Un 6 de Agosto de 1945, la ciudad de Hiroshima fue escenario del primer bombardeo atómico de la historia. Este acto bélico fue ordenado por el gobierno estadounidense en busca de la rápida rendición de Japón. Ambos se encontraban disputando la Segunda Guerra Mundial y estaban en diferentes bandos. Japón era parte de las potencias del “Eje” junto con Alemania e Italia. Y por otro lado, USA se encontraba de parte de los “Aliados” junto con Reino Unido, Francia, y la Unión Soviética.
Durante la Guerra Japón había atacado Pearl Harbor (Una base naval estadounidense) en la que con sus aviones, el ejército Oriental atacaba con misiles las bases enemigas. Los pilotos al quedarse sin armamento, estrellaban sus aviones contra los barcos Occidentales, estos pilotos japoneses fueron conocidos como Kamikazes.
La bomba de Uranio, estalló a unos 500 metros de altura y acabó de forma inmediata con la vida de unas 80 mil personas. Pero, este número aumentaría hacia finales de 1945 cuando el balance de muertos se elevaría. En los años posteriores las víctimas por la radiación sumarán muchas más. Tres días después de Hiroshima un 9 de Agosto, el Ejército estadounidense lanzó una bomba de plutonio en la ciudad portuaria de Nagasaki y dejó unos 74.000 muertos. Estas dos bombas dieron un golpe fatal al Japón imperial, que se rindió el 15 de agosto de ese año poniendo de esta forma punto final a la Segunda Guerra Mundial.
En ese momento Estados Unidos tenía que actuar, por eso el presidente estadounidense Truman que ordenó los bombardeos expresó: “La usamos para acortar la agonía de la Guerra y para salvar las vidas de miles y miles de jóvenes estadounidenses”. Aunque el objetivo principal del gobierno de Truman era evitar que La Unión Soviética se inmiscuyera más de lleno en el conflicto. Es pocas palabras, Truman tenía un dilema. Y la bomba resolvió esa disyuntiva.
Las bombas no solo provocarían la muerte de miles de víctimas inocentes que al día de hoy siguen muriendo por la radiación, sino también una psicosis mundial por el poder armamentístico de las grandes potencias. Por esto mismo, al surgir el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania el miedo a un ataque nuclear se acrecentó. Rusia se encuentra más acorralada que al iniciar la guerra, ya que muchos países dieron su descontento a ese suceso y Ucrania suma más poder armamentístico gracias a la OTAN. A eso, hay que añadirle la tensión entre China y Taiwán.
En la actualidad tienen poder nuclear China, Francia, Rusia, Reino Unido, Estados Unidos, India, Pakistán, Corea del Norte e Israel. También nos encontramos con el denominado “reparto nuclear”, este es un concepto acuñado en la OTAN sobre política de disuasión nuclear que permite a algunos países miembros sin armas nucleares utilizar armas atómicas en caso de necesidad. Ellos son: Bélgica, Alemania, Italia, Países Bajos y Turquía. Estas naciones miembros de la OTAN no cuentan con armamento nuclear propio, pero almacenan en su territorio nacional armamento nuclear fabricado en Estados Unidos. Recordemos que en 1945 se inventó la primera bomba nuclear. Hoy en día han mejorado su mecanismo (aéreo, subterráneo, acuático) y forma de destrucción. Tienen poder sobre ellas países que se encuentran en diferentes conflictos territoriales, ideológicos o religiosos. Eso acrecienta el temor a que algo tan poderoso como una bomba nuclear vuelva a hacer estragos en una sociedad que se está reconstruyendo luego del COVID-19.
Un 6 de Agosto de 1945, la ciudad de Hiroshima fue escenario del primer bombardeo atómico de la historia. Este acto bélico fue ordenado por el gobierno estadounidense en busca de la rápida rendición de Japón. Ambos se encontraban disputando la Segunda Guerra Mundial y estaban en diferentes bandos. Japón era parte de las potencias del “Eje” junto con Alemania e Italia. Y por otro lado, USA se encontraba de parte de los “Aliados” junto con Reino Unido, Francia, y la Unión Soviética.
Durante la Guerra Japón había atacado Pearl Harbor (Una base naval estadounidense) en la que con sus aviones, el ejército Oriental atacaba con misiles las bases enemigas. Los pilotos al quedarse sin armamento, estrellaban sus aviones contra los barcos Occidentales, estos pilotos japoneses fueron conocidos como Kamikazes.
La bomba de Uranio, estalló a unos 500 metros de altura y acabó de forma inmediata con la vida de unas 80 mil personas. Pero, este número aumentaría hacia finales de 1945 cuando el balance de muertos se elevaría. En los años posteriores las víctimas por la radiación sumarán muchas más. Tres días después de Hiroshima un 9 de Agosto, el Ejército estadounidense lanzó una bomba de plutonio en la ciudad portuaria de Nagasaki y dejó unos 74.000 muertos. Estas dos bombas dieron un golpe fatal al Japón imperial, que se rindió el 15 de agosto de ese año poniendo de esta forma punto final a la Segunda Guerra Mundial.
En ese momento Estados Unidos tenía que actuar, por eso el presidente estadounidense Truman que ordenó los bombardeos expresó: “La usamos para acortar la agonía de la Guerra y para salvar las vidas de miles y miles de jóvenes estadounidenses”. Aunque el objetivo principal del gobierno de Truman era evitar que La Unión Soviética se inmiscuyera más de lleno en el conflicto. Es pocas palabras, Truman tenía un dilema. Y la bomba resolvió esa disyuntiva.
Las bombas no solo provocarían la muerte de miles de víctimas inocentes que al día de hoy siguen muriendo por la radiación, sino también una psicosis mundial por el poder armamentístico de las grandes potencias. Por esto mismo, al surgir el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania el miedo a un ataque nuclear se acrecentó. Rusia se encuentra más acorralada que al iniciar la guerra, ya que muchos países dieron su descontento a ese suceso y Ucrania suma más poder armamentístico gracias a la OTAN. A eso, hay que añadirle la tensión entre China y Taiwán.
En la actualidad tienen poder nuclear China, Francia, Rusia, Reino Unido, Estados Unidos, India, Pakistán, Corea del Norte e Israel. También nos encontramos con el denominado “reparto nuclear”, este es un concepto acuñado en la OTAN sobre política de disuasión nuclear que permite a algunos países miembros sin armas nucleares utilizar armas atómicas en caso de necesidad. Ellos son: Bélgica, Alemania, Italia, Países Bajos y Turquía. Estas naciones miembros de la OTAN no cuentan con armamento nuclear propio, pero almacenan en su territorio nacional armamento nuclear fabricado en Estados Unidos. Recordemos que en 1945 se inventó la primera bomba nuclear. Hoy en día han mejorado su mecanismo (aéreo, subterráneo, acuático) y forma de destrucción. Tienen poder sobre ellas países que se encuentran en diferentes conflictos territoriales, ideológicos o religiosos. Eso acrecienta el temor a que algo tan poderoso como una bomba nuclear vuelva a hacer estragos en una sociedad que se está reconstruyendo luego del COVID-19.
